martes, 19 de enero de 2010

Sismo, seísmo, terremoto


Son tres sinónimos perfectamente intercambiables que se aplican a los movimientos telúricos causados por el desplazamiento de placas tectónicas en el interior del planeta. Los dos primeros provienen del griego seismos (agitación, sacudida) y el tercero, del latín terraemotus, formada por terrae (tierra) y motus (movimiento).

Sismo y seísmo fueron incorporadas en 1947 al diccionario de la Academia, aunque ya habían aparecido en 1918 en el de Rodríguez Navas, tras haber llegado a nuestra lengua desde el francés séisme, empleado desde la segunda mitad del siglo XIX. Terremoto, en cambio, que aparecía en diccionarios castellanos desde 1505, a veces bajo la forma tremoto, es la palabra que realmente se emplea en el uso corriente, con excepción de la prensa y los textos de geólogos. Y no olvidemos la expresión sinónima temblor de tierra, registrada en todos los diccionarios castellanos, que heredamos directamente del latín tremor terrae, ya empleada por Plinio con su denotación actual. 

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